Published by El Financiero
Este país está en riesgo de perder una de las mejores oportunidades estratégicas de su historia debido a sus altos costos logísticos.
Ray Ruga, director ejecutivo de CLADEC
En momentos en que los salarios aumentan en China y el alto precio de la gasolina lleva a las empresas a buscar formas de fabricar productos cerca de sus puntos de venta, la inmejorable ubicación geográfica de México parecería ser la alternativa más lógica.
Sin embargo, el país latinoamericano corre el riesgo de perder una de las mejores oportunidades estratégicas de su historia debido a sus altos costos logísticos.
“En México, estos gastos llegan a entre 16 y 22% del costo del producto. En los países más competitivos esos costos son de entre 4 y 8%”, dijo José Acosta, presidente de Operaciones para América Latina de UPS, la empresa global de entregas express.
Un informe publicado el año pasado por el Sistema de Información de Comercio Exterior (SICE) de la Organización de Estados Americanos (OEA), reveló que Estados Unidos, el principal socio comercial de México, aún enfrenta obstáculos para el intercambio de bienes, a pesar de que ambos países tienen un acuerdo de libre comercio de larga data. La OEA dice que las empresas estadounidenses dicen que los problemas en las transacciones bilaterales surgen porque los procesos aduaneros mexicanos son “lentos, complicados e ineficientes”.
La SICE señala que los exportadores estadounidenses se quejan particularmente de una falta de notificación anticipada de cambios regulatorios y de una inconsistencia en la interpretación de los requisitos a cumplir en los distintos pasos de frontera. El proceso aduanero que enfrentan las empresas de envíos exprés también sigue siendo lento y complicado, según el informe, mientras que los exportadores agrícolas se quejan de demoras y complicaciones que muchas veces hacen que sus productos se echen a perder en tránsito.
¿Ventanilla única?
Por otro lado, dentro de México, los empresarios se quejan de la excesiva burocracia, incluso ahora que el gobierno ha inaugurado una “ventanilla única” que permite presentar por Internet todo el papeleo necesario para una transacción de comercio exterior.
Mario Escamilla Novelo, vicepresidente de Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra) para Franjas Fronterizas y Maquiladoras, estimó en una entrevista publicada en marzo por el diario mexicano ‘Zeta’, que la ventanilla única por sí sola no era una medida que pudiera facilitar el comercio.
“En sí se seguirán haciendo los mismos trámites, pero ahora de forma virtual, por lo que todo seguirá siendo burocrático”, dijo. “Los industriales seguimos esperando una verdadera simplificación administrativa, no parches sobre parches que continúan burocratizando los esquemas”, agregó.
Pero en la economía globalizada actual, las empresas internacionales buscan países con costos lógicos donde el intercambio de bienes se haga con fluidez para aprovechar los mejores costos alrededor del mundo. Por eso, ahora que China está perdiendo competitividad en términos de salarios y gastos de transporte, es esencial que América Latina, y México en particular, se aboquen a mejorar su logística.
De acuerdo al informe “Haciendo Negocios 2011” del Banco Mundial, México, con 1,880 dólares por contenedor, es el segundo país de la región con mayor costo promedio de importación (un concepto que incluye no sólo el costo aduanero, sino que también tiene en cuenta otros factores que inciden en el costo de una importación, como por ejemplo la infraestructura portuaria y el transporte terrestre local). El peor es Venezuela, con un costo de 2,868 dólares por contenedor, y el mejor es Chile, con 795 dólares.
Según el Banco Mundial, en México hacen falta cuatro documentos para concretar una importación (Francia, por ejemplo, sólo exige dos) y una importación promedio tarda 12 días (contra cuatro en Singapur).
“Los procesos en México son sumamente manuales, sumamente antiguos. Entrar y salir de México lleva horas o días, mientras que en otros lugares es cuestión de minutos. Cuando los costos logísticos son altos y se le dificultan las operaciones al cliente, desaparece la ventaja geográfica”, según Acosta.
Confluencia perfecta
Pero es probable que México esté ante una confluencia de circunstancias perfecta para aprovechar las ventajas del libre comercio.
Al aumento de costos en China se agrega la próxima asunción del presidente Enrique Peña Nieto, quien a pesar de pertenecer al PRI, un partido que en el pasado fue más bien proteccionista, durante su campaña se mostró partidario de políticas que puedan facilitar el comercio internacional.
Además, hacia fin de año se espera que México ingrese al Acuerdo Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés), un tratado comercial que profundiza y amplía las relaciones ya establecidas dentro del NAFTA, pero que exige poner en práctica una serie de requisitos de facilitación del comercio.
El TPP impulsará a México a implementar medidas tales como el uso de manifiestos electrónicos, la posibilidad de que los bienes sean procesados por la aduana antes de llegar y la profundización del sistema de exención de impuestos y papeleo para importaciones de poca monta (o régimen de “de-minimis”, como se lo conoce en la jerga del comercio exterior).
“Sólo con la adopción de estas tres medidas el impacto sería enorme, no sólo sobre el comercio sino también sobre el crecimiento económico”, dijo Acosta.